El 31 de enero de 1980, fuerzas policiales guatemaltecas asaltaron la Embajada española de la ciudad de Guatemala, en la que se había refugiado un grupo des manifestantes. Como consecuencia del ataque murieron 37 personas que se encontraban en el edificio. Veintiocho años después, nadie ha rendido cuentas de lo sucedido.
Más de diez años después de finalizar el conflicto armado en Guatemala, muchos de los responsables de sus crímenes más brutales siguen evadiendo la justicia.
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